Thursday, March 13, 2008

La libertad al estilo de los "sin fronteras"

Por: Froilan Parra

La organización no gubernamental Reporteros sin Fronteras (RSF) libró para el 12 de marzo una convocatoria a una jornada por la libertad de prensa en Internet, pero hasta la fecha sólo se puede participar en inglés y francés. Es decir, quienes hablamos español quedamos fuera.

A pocos confunden con sus mensajes manipulados. Desde hace mucho la verdad sobre el agente de la CIA Robert (Bob) Mènard se conoce gracias a investigaciones de verdaderos reporteros, no incluidos, desde luego, en las nóminas de su organización ¿no gubernamental? Se sabe bien quien paga las enormes cifras de dinero que van a parar a las arcas de Mènard.

Libertad de prensa, claman los “periodistas independientes” radicados en la Isla. ¿De qué periódico, revista, emisora de Radio o Televisión proceden? ¿Qué universidad les otorgó el título por los estudios de periodismo? Y sobre todo ¿Quién les paga? No pensarán convencer a nadie con el cuento de que “trabajan por amor” a la profesión.

¿Dónde quedó la ética de esos “reporteros sin fronteras”? En todos los casos se trata de personas sin escrúpulos que buscan engrosar sus finanzas personales con muy pocos esfuerzos y cero vergüenza.

Denigran una profesión que ya ha tributado mártires en todo el mundo, de los cuales RSF no dice palabra alguna, claro, va contra los intereses de quien extiende los generosos cheques.

¿Por qué mantuvo silencio sobre el periodista sudanés Sami al Hajj, torturado en la ilegal prisión que mantienen los Estados Unidos en Guantánamo? ¿Por qué no clama la libertad del periodista afroamericano Mumia Abu Jamal, preso injustamente en cárceles del Imperio? O se suma al reclamo mundial de liberación de los Cinco jóvenes cubanos encarcelados en prisiones norteamericanas. Son muchos los por qué a los cuales RSF no puede responder.

Valientes “ciberluchadores” reclamantes de una libertad de prensa que ellos quieren solo para propalar más mentiras, ocultar verdades y tergiversar realidades. Parlotean como loros, en inglés y francés, ya que los hispanos estamos discriminados. ¿O temen a las verdades dichas en la lengua del Quijote?

Mènard y sus “asalariados dependientes” de la Isla propugnan el libre acceso de los cubanos a la Red. Pero no es el gobierno cubano quien impide la conexión a uno de los múltiples cables de fibra óptica que circundan el archipiélago cubano.

No es el gobierno cubano quien decidió que la conexión a Internet sería a través del Satélite, con un ancho de banda bien restringido, que dificulta la navegación.

No es el gobierno de Cuba quien mantiene un férreo bloqueo sobre el país, desde hace más de cuatro décadas, y que impide el acceso a las modernas tecnologías de la computación.

Ménard, y sus “independientes”, rehúso darles el título de periodistas, no hablan de eso. Es parte de la verdad que ocultan.

Reporteros Sin Frontera: Quedan sin respaldo

Por: Lourdes Pichs Rodríguez.

Como la UNESCO no le hace el juego arremeten contra ella. No podía esperarse otra salida de Reporteros Sin Fronteras. Es su típica manera de actuar contra todo país u organización que pone freno a sus artimañas.

Ahora la RSF acusa de cobarde a la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura e insulta de la manera más burda. También iracunda amenaza a este prestigioso organismo e insta al gobierno francés a pronunciarse.

Contrario a lo que piensa RSF son muchos más en el mundo los que opinan que la UNESCO sí salió engrandecida con su actitud y reafirma con esa decisión el objetivo para el cual fue creada en 1945: construir la paz en la mente de los hombres mediante la educación, la cultura, las ciencias naturales y sociales y la comunicación.

Poco a poco la verdad se abre paso y los embusteros quedan solos, heridos en su furibunda lucha por defender lo indefendible. Que le sirva de lección los RSF, pues como siempre se ha dicho: la mentira tiene patas cortas.

¿“Reporteros” o quinta columna sin fronteras”?

Por: Calixto González


No sé si calificar el hecho de broma insípida o de magistral lección de cinismo, cada vez que Reporteros sin Fronteras insiste en llamarse una organización no gubernamental, como parte de una novela donde intenta actuar como honestos luchadores internacionales por “la libertad de prensa” y calificar de periodistas valientes y mártires a enemigos del progreso y la justicia, cuando realmente tanto unos y otros no son más que agentes tarifados del poder imperial que radica en Estados Unidos.

Es crear un mundo virtual donde lo falso es real y viceversa, en desmedro del sentido común y burla a la capacidad de ver y pensar de las personas, como si no fuera ampliamente conocido que el vitalicio presidente de estos falsos reporteros, Robert Ménard, no es más que un mercenario elevado a la categoría de “empresario”, hombre de la CIA, sin espacio para escrúpulos cuando se trata de recibir dividendos que “generosamente” le pagan el imperio y sus trasnacionales.

Entonces como pretender Ménard y sus “reporteros” que alguien honradamente los escuche, con tales amos y recibir además en calidad de recompensa por su cruzada el pago de la mafia cubano-americana y de la combinación NED/CIA
Reporteros sin Fronteras han sido y son fieles defensores de los intereses de Estados Unidos en el Mundo, y consecuentemente furibundos enemigos de todo los que huela a progreso e independencia-dignidad de los pueblos. Por esos sus mentiras y tergiversaciones de lo que sucede en países como Cuba y Venezuela, pues sangran por sus heridas e impotencias ante el vendaval de las revoluciones por un mundo mejor.

En la persistente Cuba, empeñada en perfeccionar su socialismo, tratan de meter sus orejas con “dramáticos gritos” a favor de los que llaman periodistas independientes, como si todos no supieran que esos fabricados mártires jamás conocieron una escuela de esa profesión, a la que ofenden y asalariados de una potencia extrajera, que intenta infructuosamente, hace ya 50 años, de destruir la obra de justicia social y solidaridad con los desposeídos del mundo nunca antes conocida.